Una novela que te hará reír, llorar, y cambiar tu mirada sobre la vida.

Un camino hacia el pasado para recuperar el presente.

Un viaje por la vida.

ISBN eBook en ePub: 978-84-686-7778-1


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viernes, 7 de junio de 2013

UN MOMENTO DE PASIÓN Y CONTRADICCIONES

  —¡Vámonos a casa!
  Tenían un chalecito precioso, en las alturas de Peñiscola, con una vista espectacular de todo el puerto y el caso antiguo con su castillo medieval. La fachada era de ladrillo cara vista y un pequeño jardín en la parte delantera de la casa, bordeado por aloes.
  —¡Ponte cómodo! Yo necesito darme una ducha —me dijo.
  Me sentí miserable por agradecerle al destino la situación en la que me había colocado, pero no estaba dispuesto a renunciar a los placeres que tanto había deseado. Sería un hipócrita si afirmase que estaba pensando en cumplir con la misión que mi sobrino me había encomendado, pero contar con su beneplácito le añadió aún más erotismo a la situación.

  Media hora más tarde oí la puerta del baño. Marta se acercó, totalmente desnuda, hasta el sillón donde yo estaba sentado. Al verla, toda duda desapareció de mi cabeza. Yo, solamente era ya un animal en celo, en cuyo horizonte no existían más que sus voluminosos pechos, sus erizados pezones y sus redondas caderas. El vello de su pubis atesoraba la entrada al laberinto de placer en el que tanto había ansiado perderme. Durante unos instantes, permanecí inmóvil, disfrutando de la visión de su cuerpo de irresistible Afrodita. Marta se sentó sobre mis rodillas, y pude sentir el olor de su piel y el calor de su sexo. Con mis manos, recorrí cada rincón de su cuerpo, cada turgencia, la húmeda puerta al abismo de su pasión. Durante horas gocé de su ansia y varias veces me vacié en ella sin conseguir saciar mi deseo. Marta me acompañó a recorrer un mundo desconocido, para mí, hasta ese momento. Se me ofreció como la  guardiana del más delicioso secreto que atesora la unión entre el cuerpo de un hombre y una mujer.    
  Nuestros cuerpos aún sudaban cuando la oscuridad empezó a dejar paso a las primeras luces del amanecer. El anuncio del nuevo día relajó nuestra pasión y nos permitió adormecernos unas horas.

3 comentarios:

  1. Armonía inmensa la de este retazo de La sonrisa de La Magdalena en marco mediterráneo tan hermoso como es el de Peñíscola.Gracias por darme la oportunidad de leer y andar simultaneamente para mucho y bueno ver y saber.

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  2. Gracias a ti, amiga Paz por tu continua compañía y aliento. Un abrazo

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  3. Cierto que hoy,que vivo momento de enormes contradicciones pero sin pasión alguna,el releer este fragmento algo me ha empentado a ella así que soy yo quien te da las gracias porque ¡no quiero estar muerta !

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