Una novela que te hará reír, llorar, y cambiar tu mirada sobre la vida.

Un camino hacia el pasado para recuperar el presente.

Un viaje por la vida.

ISBN eBook en ePub: 978-84-686-7778-1


  • ISBN eBook ePub: 978-84-686-7778-1

sábado, 11 de mayo de 2013

FRAGMENTO 8


PEQUEÑAS RACIONES DE LA ÚLTIMA CARTA

   Querido Palas, mi viaje por este mundo está llegando a la última estación.
  Habrás podido comprobar que mi vida no ha estado tan vacía de sentimientos como siempre me empeñaba en aparentar. Yo también he sido victima de las pasiones, los celos, el amor, etc.…
  Sé que habrás sacado muchas conclusiones de este viaje que te he dejado preparado. Aprovéchalas, aprende de mis errores,  y saca partido de mis aciertos. Ese era uno de los objetivos, que mi experiencia te sirva para aprovechar tu vida, para enfocar tus actos hacia un único objetivo, conseguir la felicidad.
  La vida es muy corta, y no siempre tenemos tiempo de retomar las ocasiones en las que hemos dejado escapar las buenas oportunidades. Yo, en más de una ocasión he cerrado la puerta a la felicidad, convencido de que volvería llamar al timbre, pero pocas veces insiste. Aprende a valorar lo que tienes y lo que buscas, y nunca te sientes a esperar a que lleguen esas oportunidades; sal tú a buscarlas.
   Por cuanto te he contado, habrás podido comprobar que en esta vida  nada puede compararse al placer que nos producen las relaciones con nuestros seres queridos. El cariño, la amistad, el amor, no son acciones que cotizan en bolsa, no pueden comprarse con dinero, sólo podemos pagarlas devolviendo la misma moneda. Y habrás podido darte cuenta de que ese es el mejor intercambio que puede hacer cualquier ser humano. Es lo único que da sentido a nuestras vidas.
  No renuncies nunca a ese placer, cobra y paga siempre con esa misma fortuna.
  No sé si con estos recuerdos que te he dejado habré recuperado tu cariño. Ahora ya no puedo solucionar mis errores, pero quiero pedirte una última voluntad: no me recuerdes jamás con rencor. Nunca albergues resentimiento en tu corazón, ni contra mí, ni contra nadie, el rencor destruye a las personas. Olvídame, si no puedes llegar sentir cierto cariño por mí, bórrame de tu memoria, pero no dejes que el odio se encone en tu alma.
 
  No quiero darte más explicaciones, hijo mío. Solo conseguiría inocularte un veneno mortal que se interpondría en tu camino hacia la felicidad. Soy consciente de que todos tenemos derecho a conocer la realidad, pero yo también tengo mi derecho a preservarte del dolor que te causaría conocer esa verdad.

  Mientras vivas, quiere a quienes te quieran, y procura no hacerles nunca daño voluntariamente, pues con el dolor de tus seres cercanos, tú también sufrirás.
  Quién sabe querer, sabe perdonar, pues todos nos equivocamos. Apártate del camino de quien odia, nunca le pagues con su misma moneda. Sigue tu ruta sólo por aquellos parajes donde haya luz. Jamás permitas que la oscuridad te acompañe, Dios no nos dio los ojos para mantenerlos cerrados. Lo mejor que podemos hacer con nuestros brazos es abrazar, con nuestra boca besar, y con nuestro corazón querer. A mi me ha costado toda mi vida aprenderlo, y solo ahora, al final de ella, soy capaz de trasmitirte estos pensamientos.
¡Hijo mío! ¡Busca la felicidad!
Te quiere.
Tu padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario