Os presento a los principales
personajes de “La sonrisa de La Magdalena”, con una breve descripción de cada
uno de ellos. Estoy seguro de que pasaréis buenos momentos en su compañía.
Todos, como en vida real, con sus virtudes y defectos, van sobrellevando una
transformación a lo largo de la novela que os sorprenderá.
Gracias a los muchos que ya estáis
formando parte de este maravilloso viaje.
PALAS
El perfil de Palas, es el de un hombre acomodado,
en torno a los 41 años, heredero de un próspero negocio que fundó su padre y
que le permite vivir con muy poco esfuerzo, disfrutando de los placeres de la
vida. Solterón, mujeriego y con pocas ganas de adquirir ningún tipo de
compromiso que limite sus libertades. Un vividor.
Palas es el fiel compañero de juergas, ese
con el que puedes contar para cualquier aventura nocturna, no importa el día de
la semana, y con el añadido de que siempre termina pagando él las rondas más
caras. Para sus colegas es un tipo grande: tiene dinero, toda la libertad del
mundo, y ese aspecto mundano, noctámbulo, que tanto viste a las tres de la
madrugada en los garitos más oscuros de la ciudad.
VÍCTOR
Padre de Palas. Un personaje realmente
complejo. Revestido, ante algunos, con una coraza para resultar inmune a los
sentimientos, pero, en cuyo pasado, vamos descubriendo a un hombre dominado por
las emociones, las pasiones, el amor, la amistad…
Mantiene
una relación distante con su hijo pero, antes de morir, deja preparadas unas
memorias a través de las que, a Palas,
se le irá revelando una identidad desconocida.
(*)
Mira opinando sobre él:
“Al
principio me contestaba a las cartas que yo le enviaba desde Barcelona, pero a
los pocos meses se cansó de escribirme. Me imaginé que ya habría encontrado
otra distracción. En dos ocasiones, cogí un tren expreso y volví a San
Sebastián. Yo necesitaba verle, fui una ignorante pensando que al meterme de
nuevo en su cama podría arrastrarle hasta mí, retomar la relación y convertirla
en algo serio, pero Víctor era lo que
era, y yo, al final, tuve que abrir los ojos.”
JUAN CARLOS
Uno de los mejores amigos de Palas, un hombre
inteligente, agudo, también un “bon vivant”, bebedor empedernido pero al que
jamás veremos ebrio. Una persona que destaca por su aspecto desaliñado, pero
que resulta brillante tanto en su trabajo como en sus reflexiones. Curiosamente
también descubriremos en él que es un hombre que vive con una mascara para
ocultar un triste pasado. Os caerá bien Juan Carlos, es un buen tipo, de los
que se agradece que aparezcan en escena.
(*)
Conozcamos la opinión de Palas sobre él:
“Juan Carlos era una persona muy difícil de
clasificar. Entre otras cosas, porque no se parecía a nadie, o al menos a nadie
medianamente normal. No, era imposible que pudieran existir muchos individuos
como él, Palas en concreto no conocía ninguno.
Tenía
un aire a lo Groucho Marx, aunque mucho más alto y delgado. Incluso la ropa que
vestía, seguramente, tendría los mismos años que el personaje. Eso sí, la de
Juan Carlos nunca había conocido una lavadora, ni plancha. Pero no se podía
decir de él que fuera sucio, simplemente ajado. No emitía ningún olor, ni bueno
ni malo. Y, pese a los hectolitros de alcohol que ingería diariamente, tampoco
olía como un borracho. Pensándolo mejor, nunca le había visto ebrio, o quizás
fuese que nunca le había visto sobrio.”
MYRA
El antiguo, quizás el auténtico amor de Víctor. Está presente, en
diferentes fases de su vida, desde su juventud
hasta su funeral. Una mujer con carácter y con claras convicciones.
(*) Pero tomemos las primeras palabras
de Víctor sobre ella:
“La
primera vez que la vi estaba sentada junto a unas amigas en una mesa cerca de
la entrada. Tenía el pelo largo, liso y moreno, y un cierto parecido físico a
Audrey Hepburn, que por aquellos años era la actriz de moda. Destacaba entre su
grupo, no sólo por su belleza, sino por un aire…, yo diría que enigmático, que
todavía la hacía más atractiva.”
(*) El propio
Palas al conocerla:
“Se giró y, al momento, se dio cuenta de que
tenía delante a la misma persona que había visto en el funeral de su padre, en
Gracejo. En efecto, vista de cerca era una dama de la que podría decirse que,
pese a sus años, seguía conservando un gran atractivo. Tenía que haber sido una
mujer bellísima en su juventud. Era alta, aún con buena figura, y el pelo
moreno y largo.”
ALBA
Es la mujer que se incorpora a la vida de
Palas. Médico, cooperante en una ONG. Sobre todo amante de la vida, ella quizá
sea la catalizadora del cambio que se produce en el interior del protagonista.
Un personaje que os enamorará.
(*) Veamos el
momento en que se conocen:
“Durante un rato no quiso dejar de contemplar
el perfil de la muchacha: una nariz de carácter, labios carnosos, y esa
continua sonrisa que no abandonaba sus ojos. Con su animada conversación, pese
a su menuda talla, era el centro de atracción de la mesa. En varias ocasiones,
sintiendo en su silueta, o para ser más exactos, en sus piernas, el efecto de
una mirada, ella se giró hacia Palas y ambos cruzaron cumplidoras ojeadas.”
ANTONIO
El de los tirantes en la foto. El amigo de la
infancia ya desde el pueblo de donde eran originarios. Se convierte en su
compañero de trabajo, después en su socio en la ferretería. Un hombre sencillo,
un aprendiz de la vida, que consigue encontrar la felicidad en los pequeños
placeres cotidianos.
(*)
¿Qué nos cuenta de él Víctor?:
“No tardé en ponerme en contacto con Antonio.
Él siempre había sido algo parecido a un hermano pequeño para mí, y la idea de
tenerlo a mi lado, aquí en San Sebastián, me agradaba. Su infancia había sido
muy dura, y yo constantemente tenía que convertirme en su pañuelo de lágrimas.
Con un padre alcohólico incapaz de asumir su responsabilidad como cabeza de familia,
era gracias al incesante trabajo de su madre, modista, con el que la familia
conseguía renquear en aquellos tiempos difíciles.
Todavía lo estoy viendo
en el andén de la estación del Norte, con un pantalón de pana gris y su camisa
de los domingos, una azul marino que seguramente en otros tiempos perteneció a
algún falangista tres tallas mayores que él. Una maleta de cartón, a la que no
se le hubiese podido asignar ya ningún color, completaba su patrimonio.”
JUAN FRANCISCO, FRANK, JUANITO
Sobrino
de Víctor, todo un personaje con un nombre tan cambiante como sus múltiples
profesiones. Un soñador que va por la vida intentando construir su propio
destino mientras éste, el destino, no
deja de prepararle sorpresas.
(*)Víctor
sobre él:
“Se trata del hijo de mi hermano Basilio, tu
primo Juan Francisco. Creo que ese es el nombre con el que tú lo conociste en
alguna de las ocasiones en que nos visitó. Aunque no es el único que utilizó: Franc, Juanito, Paco,
Juanfran, J.F., John… son algunos más de los numerosos alias con los que me lo
he ido encontrando a lo largo de los años. Sus nombres variaban a la par que
sus numerosas profesiones: vendedor ambulante, comerciante, actor de teatro,
chofer de camión, taxista… También los puntos de la geografía en los que vivió
son numerosos: Santander, Peñiscola, Puente la Reina, Madrid, Águilas, Soria…”
MARTA
La mujer de
Juan Francisco, y por la que Víctor sintió una poderosa atracción sexual, a
ella prefiero que la descubráis en la novela.
(*) Víctor nos
habla de ella en varios pasajes:
“Su
sonrisa era exactamente la misma que la noche en que se convirtió en la amazona
de mis fantasías. Al abrazarla, me estremecí, estaba preciosa: su pelo moreno,
brillante, un poco más corto, y bajo el abrigo de ante que llevaba abierto pude
volver a admirar la parte de sus muslos que no cubrían ni su minifalda ni sus
altas botas, era la misma.”
“Mientras me hablaba, con un suave murmullo deslizó las tiras de su
camisón que cayo a sus pies, ella se quedó inmóvil en mitad del salón. Verla
desnuda en aquella situación me excitó como pocas veces lo había estado.”
(*) Años más
tarde Palas se encuentra con ella:
“Aparcó
en el mismo paseo de la Constitución. Únicamente un embaldosado, en colores
azul claro y amarillo, le separaba de la arena de la playa. No tardó en
encontrar la pequeña fachada de la agencia inmobiliaria, seguía presentando el
mismo aspecto exterior que Víctor le había descrito en su cuaderno, repleta de
pequeños anuncios con fotos de pisos, unifamiliares, y adosados.”
“Una voz femenina salió del fondo del local,
una mujer ya madura, con el pelo de color negro y ademanes elegantes, avanzó
hacia él. Llevaba un traje de chaqueta gris claro, con una blusa negra de
muselina asomando entre las solapas de la chaqueta. Al acercarse, Palas se dio
cuenta de que todavía podía resultar una mujer atractiva. La falda, que apenas tapaba los muslos, dejaba ver unas
piernas que aún conservaban bonita forma; y el escote de su blusa insinuaba el nacimiento de unos pechos generosos.”
TELESIO
Telesio
es un perro callejero. Un perro, feo, de
estos que cuando los encontramos por la calle solemos decir que es un cruce
entre ratonero y Renault 5, un perro con la sonrisa desabrochada, como se cita
en la novela, porque aún con la boca cerrada le siguen asomando unos cuantos
dientes que no parecen encajar en su mandíbula, confiriéndole una expresión
siempre mordaz. Telesio es un animal con el que Palas se cruza en su primer
viaje hacia Andalucía y termina adoptándolo, aunque lo cierto es que será el
propio animal quien le imponga su presencia.
Un
animal especial que muchos lectores ya buscan por la calle. Por sus dotes
excepcionales, a quienes todavía no habéis leído la novela, os seducirá.
* * *
Hay muchos más
personajes que se van incorporando al relato:
* Morse y Camila: hermanos de Víctor y
tíos de Palas, el protagonista.
* Nieves: una buena amiga de Palas y
con la que el irrefrenable Juan Carlos siempre lo intenta.
* Llura: el amor, la inseparable
compañera de Antonio.
* Eusebio: el cura, amigo de Víctor
* Y un largo etc. de secundarios,
necesarios, todos, para el desarrollo de cada pasaje. Los iréis descubriendo y
disfrutando a lo largo de la novela.
Buen viaje
No está nada mal este paseo por el paisaje del paisanaje de la novela...para abrir boca,claro.
ResponderEliminarQuienes le hemos leído,releído y seguimos evocándola para nueva relectura, echamos de menos a los más nuestros.Por ejemplo,aún secundarias en apariencia,Nieves y Llura.Es la magia de la literatura,que da la oportunidad de centrar en ella muchas miradas.Ninguna igual,todas diferentes. Gracias,Palas-perdón,Óscar-por hacerte instrumento
Evidentemente cada lector se identifica o empatiza más con unos u otros personajes, en este post sólo he incluido los principales, los que tienen más “peso” en desarrollo del argumento, pero tomo nota de tu comentario y, ¿por qué no?, añadir otro con los secundarios.
ResponderEliminarGracias por tu compañía amiga Paz, tus comentarios siempre suman.
Un abrazo
Empatizar,amigo Óscar, esta novela tiene la rara habilidad de haberme hecho empatizar con todos y cada uno de los personajes.Los "pesados" y "los más ligeros" Todos tienen,para mí que suelo ser muy crítica,el encanto de la autenticidad.
ResponderEliminarNo puede ser pasión de madre,porque,pese a ser Risueña, no he parido esta "Sonrisa" pero por ella siento siquiera orgullo de tía.
¡Vale! Pues también tía, aunque ya tienes el título de madrina oficial de “La sonrisa”.
ResponderEliminarestá genial tu galería de personajes. A tu estilo literario sumas una gran experiencia de bloguero que se percibe en la estética de la disposición texto/ilustración.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Gracias Milagros, unos pocos años de composición gráfica también ayudan. Pero sobre todo se trata de mirarlo con cariño como lo haces tú. Un abrazo.
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